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Desde el humor le digo que lo mismo le plancho un huevo que le frío una corbata. Y le confirmo que los principios de funcionalidad y de belleza deberán prevalecer en cualquier intervención: el bricolage no es la chapuza. El campo del bricolage es amplio, reconozco que a menudo el coste del desplazamiento y de la reparación es superior al valor de sustitución del objeto. Por eso, con el propósito de abaratar el coste para el cliente, integro el bricolage en aquellas obras de mayor calado.